16 feb 2007

AZOTE DE AZOTADORES

Muchos nos han calificado de gánsters por mantener que quien quiera peces debe mojarse el culo: nos da igual. Sin embargo, como el mundo también está hecho de malentendidos, queremos aprovechar el entuerto para remachar algunas vaguedades:

- Consideramos, en efecto, el asesinato como una de las bellas artes, pero eso no nos convierte en homicidas, sino en artistas.

- Consideramos, en efecto, que la propiedad es un robo, pero eso no nos convierte en expoliadores, sino en restauradores.

- Consideramos, en efecto, que fundar una banda armada sigue siendo la manera más eficaz de organizarse, pero eso no nos convierte en forajidos, sino en estrategas.

- Consideramos, en efecto, que la alteración del orden público es necesaria para lograr un orden superior, pero eso no nos convierte en criminales, sino en sabios.

- Consideramos, en efecto, que o se vive peligrosamente o se vegeta, pero eso no nos convierte en temerarios irreflexivos, sino en combativos milicianos.

Ahora puedes, si así te place, acusarnos de mafiosos, villanos y otras cien cosas peores recopiladas de las cloacas del heroísmo: nos da igual. Podríamos alegar que el hábito no hace al monje, que aún no hemos matado ni extorsionado a nadie, que somos unos chicos estupendos hasta que no se demuestre lo contrario, pero a cualquier anarcotirano que se precie la retórica de las identidades con sus respectivos camuflajes sólo le provocan majestuosos bostezos.

Cave canem, quien avisa no es traidor.