10 dic 2014

AB ORIGINE



Al capitalismo le interesa la democracia porque ágoras y parlamentos pueden ser adaptados a un mercado infinitamente más lucrativo que su ausencia, abocada a un régimen repartido entre el cuartel, el castillo y el monasterio. La democracia, por el contrario, puede habérselas sin un sistema económico emancipado de la política tangible, que es ajena por igual a las monsergas del valor añadido y los cambalaches fiduciarios; la democracia puede incluso funcionar, perfectamente, sin democracia.

Ignoramos dónde tienen sus raíces más profundas demasiadas facetas de la realidad que padecemos, pero conocemos bien el origen de otras que las élites económicas pretenden hacernos padecer como intrínsecas a la naturaleza de los vínculos humanos. Sabemos, por ejemplo, que el caos puede ser la fuente de un orden más elevado que cualquier organización montada sobre la fuerza del dogma o el dogma de la fuerza, como es la alabada libertad del zorro en el gallinero, y desde luego no podemos obviar que las formas mejor logradas de control mental hacia el que los amos del dinero están conduciendo a la población mundial nada tienen que ver con la evolución intelectual de nuestra especie... habida cuenta de que este aserto procede de un exponente anómalo de la misma: nosotros, que no mantenemos deudas ni con Dios ni con el Diablo, ni con la Tierra ni con la Humanidad, ni con el Estado ni con Wall Street, pues estamos más allá de la democracia y de la oligarquía, del capitalismo y del socialismo, del contrato social y de la revolución, de la fe y de la ciencia, de la verdad y de la mentira, de la cordura y de la locura, justo donde siempre hemos querido batallar: en el principio.

A punto de completar nuestra octava vuelta desde la partida, cerramos el círculo secreto de protrusiones. Hasta aquí hemos llegado.

8 dic 2014

PÁRATE

Parado, párate ya. Pero de verdad. Toma tu metro cuadrado en la calle más céntrica, a la vista de todos, y ocúpalo tanto tiempo como puedas desocuparte de otras cosas. No interrumpas por interrumpir a los transeúntes ni sirvas de obstáculo deliberado a la actividad comercial: tu presencia en firme será sobrada molestia para sacudir a los ajetreados que aún se creen afortunados y a cuantos voltean la cabeza cuando una realidad incómoda les sale al paso.

Parado, párate sin que te importe la vergüenza que te ha crecido en la intimidad, se trata de una carga que no te corresponde asumir, ¡devuélvela al mundo! No permitas que la humillación a la que te ha empujado el actual régimen laboral se transforme en autocompasión. Abandona de una vez las sombras donde te escondes, tu fuerza radica en la visibilidad que el Estado teme encontrar materializada fuera de los cuentos y recuentos institucionales sobre la población que ha sido expulsada de las vías legales para obtener ingresos.

Parado, párate a la luz, que también te pertenece, y deja a las tinieblas fermentar el mal genio que quiere salir de tu oscuridad...

1 dic 2014

CONEXIONISMO: LA NUEVA IDEOLOGÍA DE LA EXPLOTACIÓN

Para gestionar los asuntos generales, la democracia y el autoproclamado libre mercado pueden parecer instrumentos menos defectuosos que sus opuestos, pero puesto que su dinámica de funcionamiento, hipertrofiada en una recurrente chochez secular, los ha llevado a convertirse en fines para sí mismos, hemos de juzgarlos objetivos valetudinarios dignos de subversión.

"La vida es chula", reza un anuncio de trapillos para mozas ante el cual lo primero que nos preguntamos es quién será el chulo que trafica con esa chula, porque lo cierto es que nos hundimos anclados en una época férreamente intervencionista; no, desde luego, según el clásico concepto que se daba al intervencionismo desde la crítica liberal. La libertad, mero icono mediático, existe a condición de no usarla fuera de los canales previstos para desactivarla, y mientras en economía "hemos puesto una tecnología del siglo XXI al servicio de una ideología del siglo XIX" (Jack Dion), en política hemos subordinado las inquietudes del presente siglo a formas de organización decimonónicas, desde los parlamentos a los sindicatos, que en el mejor de los casos son cortinas de incienso para perfumar el último modelo de explotación. Nuestra era es intervencionista en tanto que todo está traspasado y condicionado por los intereses del gran capital; incluso los Estados son evaluados como productos bursátiles por agencias de calificación pagadas por inversores que se enriquecen directamente por el desmantelamiento de las instituciones civiles que, en teoría, deben ser soberanas. Como en cualquier coordenada geográfica el Estado se muestra cada vez más impotente para regular el mercado en aras de los ciudadanos cuyos derechos dice representar, es la economía la que controla de hecho al Estado y, desde este, a la población. Nadie puede, en consecuencia, confiarse a los Estados como paraguas contra la crisis, salvo que ignore que son los consejos supremos de los principales consorcios de empresas transnacionales los responsables de tomar las decisiones relevantes que la clase política de cada país, como dóciles ejecutivos o ejecutores en plantilla, se encarga de aplicar adaptando las reformas estructurales más polémicas a la retórica de las convenciones democráticas. El Estado ya no puede ser un obstáculo para los depredadores financieros, como aún proponen los izquierdistas, pues ha dejado de servir de barrera de contención contra los abusos de las élites para convertirse en su mayordomo. Los Estados gobiernan más que nunca para todos en los perjuicios, pero solo para unos pocos en los beneficios, y a esta servil manera de asegurar una redistribución viciada de miserias y riquezas deben la razón de su pervivencia.

La escasez por principio de los bienes producidos constituye la base del sistema de vida capitalista, que necesita, asimismo, crear burbujas de abundancia para que la movilización comercial de las masas no se estanque en uno de los extremos de la bipolaridad definida por su eje fundamental de simetría: acumular y desechar. Así, en un mundo repleto de placeres instantáneos y malestares eternos, la conectividad prorroga el hechizo de las apariencias mediante la ultraconducción de lo inmediato hacia lo que podría denominarse un nuevo consenso antropológico para el que resulta crucial apretar el nudo gordiano cibernético alrededor de las cabezas. Progresistas y retrógrados, globalistas y nacionalistas, hombres y mujeres, viejos ricos y jóvenes empobrecidos, todos ellos tienen en común su permeable entrega a la conexión. Donde el individuo, como un permanente abastecedor y consumidor de servicios, ya no es valorado en virtud de sus méritos personales sino en función de su versatilidad para imbricarse en las redes del negocio planetario que le exige, por encima de lo demás, la contorsión de ser competitivo contra sí mismo, lo único que cuenta es estar en la primera alineación de los alienados. Cada ser debe estar hipervinculado a los acontecimientos, prisionero de un entrelazamiento creciente a través del cual lo íntimo y lo público, como lo cercano y lo remoto o lo genuino y lo adulterado, se confunden impúdicamente en una competición universal de narcisismos cómplices de participar en la trama del mismo guión, una historia atenazada por el desajuste surgido entre el apresuramiento ilimitado y las fracturas de una mente temerosa de volverse incapaz de asimilar los cambios al ritmo requerido para ser operativa, lo que da lugar a una riada de errores convergentes que ha adquirido los rasgos propios de la fatalidad. Sin embargo, se trata de un destino colectivo que se revela postizo frente al riesgo emergente de ser superado por fuentes alternativas de producción y distribución de sentido, de ahí que a los poseedores de los mayores medios para remozar el absurdo reinante no les tiemble el pulso a la hora de dictar leyes enfocadas a criminalizar a los desmandados que, desde el planteamiento puro de la dura realidad, logran desnudar a los verdaderos criminales: aquellos que empiezan a perder poder por falta de imaginación para enmascarar el alto coste, humano y material, de seguir inflando el crédito de su falsedad.

Recordamos, con Orwell, que "en una época de universal engaño, decir la verdad constituye un acto revolucionario".

5 nov 2014

ENTRE CASTAS ANDA EL JUEGO

Entre castas y cacas anda y con más de un felino encerrado, mal que les pese a quienes ven solamente aleteos de cisnes negros.

Una nueva desmesura no corrige la anterior, a lo sumo la suplanta, y fue así como el método ilustrado de poda al que cedió su nombre de campaña el doctor Guillotin ensayó una respuesta consecuente a los excesos del rococó, anotación que hacemos sin dejar de advertir que señalar las causas de un acontecimiento no significa justificar o tratar de cohonestar sus resultados, pues la interpretación de un suceso es independiente del uso que se haga de ella.

Con la inminente ruptura del bipartidismo setentayochista en España tras la canalización del descontento social en la formación Podemos, asistimos como no se recordaba a un fenómeno histórico de reacción frente al papel residual reservado a los ciudadanos, que entregados al enardecimiento provocado por emociones largo tiempo reprimidas y, sobre todo, defectuosamente vertebradas fuera de los ámbitos más beligerantes contra el régimen, ahora se aderezan con expectativas favorables a una regeneración política que quizá vuelva a saludarnos desde lejos, es la costumbre que estila al asomarse por aquí.

A medida que se produce un desenmascaramiento inusitado de las partes más podridas del Estado desde el interior del propio Estado, y la apertura de algunas cloacas abastece al poder mediático de escándalos mantenidos en conserva a la espera del fulminante adecuado, Podemos experimenta un auge sin precedentes en los anales de la más o menos decorativa, y desde luego esperpéntica, democracia española. No vamos a ser menos escépticos que la marioneta Roosevelt en su momento, y si él pudo opinar que "en la política nada ocurre por casualidad. Si algo sucede, se puede estar seguro de que ha sido planeado", nosotros no estamos dispuestos a tomar por excepciones lo que más bien tiene tufo de ser una pompa de discrepancia que reventará, como las demás, cuando haya cumplido su misión. ¿Cuál es su cometido? A la vista del previsible éxito que muchos consideran nefasto para sus cochinas formas de prosperar, sin perder tampoco la evidencia de los abalorios expuestos en el documento que el partido cachorro presentó como programa para el rodeo europeo —donde resume a la perfección su deuda de origen con negritas que proclaman libertad, igualdad, fraternidad—, la función que este frente en clave popular tutelado por el Equipo Técnico ha venido a desempeñar no es tanto el empoderamiento de la población desprovista de soberanía como pasar el antivirus al orden vigente, que una vez saneado excusará como catastrófica la necesidad de iniciar el proceso constituyente de otro sistema operativo. Sí, estamos vaticinando: aunque sus bases quisieran, Podemos no va a tumbar el árbol carcomido, lo sostendrá hasta que las tareas de refuerzo y corrección permitan a la hegemonía que nadie ha elegido en las urnas, además de conservar intacta la arquitectura fundamental del tinglado, reactivar el consenso con un rédito superior al que haya obtenido nunca mediante la fuerza carismática de los tribunos de la plebe. En este sentido, los sondeos que cualquiera puede hacer entre sus conocidos revelan que una parte considerable de los abstencionistas habituales votarán a o contra Podemos en las próximas elecciones generales; dicho de otro modo, participarán por convencimiento en lo que antes les causaba pura desafección. No es mala metáfora la del voto vudú del analista que postula la utilidad coyuntural del mercado electoral "para castigar a los políticos corruptos y restaurar la igualdad política", pero no deja de ser una imagen sin fuste; a nosotros nos parece más juiciosa la suspicacia de los anarcas fieles a la lucidez de maldecir, empezando por los parlamentos, las creencias progresistas, más cabal el humor irreverente de nuestro interlocutor en el desapego y dignas de estimación, por lo representativas de un estado anímico muy extendido, las observaciones hechas por articulistas que coquetean con el librepensamiento.

Como la casta instalada está impidiendo la expansión y buena marcha de los negocios que no les rinden pleitesía, es comprensible que individuos procedentes de capas lo bastante elevadas para no ser sociológica y culturalmente sospechosos de simpatías populistas hayan apostado y apuesten por Podemos para despejar el campo de juego. Para ellos, es perentorio limpiar la casa, no vaya a ser que se hunda bajo la presión de la basura acumulada entre sus paredes. En la estrategia real, de la que nada se cacarea en público, todos los contendientes con un mínimo de astucia obedecen a las directrices de una agenda oculta que, por supuesto, no se somete a improvisaciones ni plebiscitos. El matrimonio de conveniencia surgido entre zorros, gatos y otros animales interesados en remozar el hábitat doméstico puede dar de sí lo suficiente para echar a las ratas que parecen haberse adueñado de todo incluso al precio de arruinar su valor, pero no será una amenaza para la granja ni su modelo de producción. Al contrario. Es, oportunamente, gracias a esta convergencia entre distintas clases de disconformidad que el caso español, a diferencia de la receta aplicada en otras naciones castigadas por el fraude de la crisis, ofrece a las tecnocracias un recurso menos siniestro para salvarse de la quema que los comandos de patanes hambrientos de pan y circos patrióticos.

5 ago 2014

EUROPA AGÓNICA

Alrededor y dentro de nuestras fronteras, deseosos de vernos reducidos a humeantes despojos, sarracenos y judeocristianos, apóstoles ambos de la barbarie contra los valores clásicos que son la chispa de la civilización, rivalizan entre sí porque comparten la psicología de aferrarse a la aspereza de sus dogmas de establo, donde una vitalidad anquilosada en la estrechez de miras todavía les sirve como carro de combate en los revueltos campos del choque cultural. En la Europa de este cochambroso presente, era del vacío la llaman algunos sociólogos, el problema subyacente no es el nihilismo en sí, que al menos desde Jünger comprendimos como un estímulo creador susceptible de ser disciplinado, sino la incapacidad generalizada de los occidentales (arriba, en medio y abajo) para tomar itinerarios depurados del fanatismo de lo rancio y de la penitencia de lo espurio, unida a la flaqueza para aceptar los desafíos de la nada sin ceder tan blandamente al espanto de entrar en contacto con la descomposición de los viejos mitos tribales, pues sin ese horror al vacío que es moneda de cambio universal y factor determinante de nuestro suicidio colectivo no se explica la ansiedad, transversal a las capas sociales, que nos mantiene atrapados en la efervescencia de llenarlo todo a cualquier precio produciendo por doquier avalanchas de objetos y sujetos basura, que serán el combustible del próximo, quizá inminente holocausto.

2 jun 2014

LABERINTOS DE LIBERTAD

Por increíble que parezca, con independencia de su inteligencia y nivel cultural a mucha gente le cuesta concebir que entre dos individuos libres el poder de cada uno, pese al conflicto de intereses que pueda surgir, antes que excluirse recíprocamente se incrementa sobre el existente cuando alguno de ellos está sometido a severas restricciones que le impiden decidir por sí mismo. "La libertad de uno termina donde empieza la del otro", suelen advertir estas personas demostrando no un axioma, sino cuán sumiso al dictamen ajeno y temeroso de su voluntad es quien así razona. Quisieran una libertad escrupulosamente parcelada, distribuida en jaulas donde las acciones estén predefinidas e incluso reguladas por agentes externos. Para nosotros, en cambio, la libertad conlleva prácticas exponenciales abiertas a configuraciones caóticas, siempre tan imprevisibles como desafiantes. Si fuéramos interrogados al respecto, podríamos decir:

"La libertad del otro me importa porque a través de ella puedo extender y embellecer la mía, sea mediante la adhesión que la vence con artes persuasivas, sea mediante la afición mutua de quienes comprenden, en efecto y en afecto, que la unión de afinidades sin obligación de permanencia ni compromisos de semejanza supone una garantía para cada uno de los actores implicados".

30 may 2014

LA PATRIA DE LOS APÁTRIDAS

El sentimiento patriótico es un punto anímico de partida necesario para repeler con contundencia a un agresor externo e, igualmente, nos parece útil como agente movilizador contra las castas que, en el interior, trafican con las miserias de sus compatriotas, a quienes no tienen escrúpulos en hipotecar al mejor postor incluso cuando la oferta procede de países responsables de haber llevado a efecto ofensivas injustificables contra los intereses soberanos del suyo. El patriotismo tiene para nosotros un innegable valor purgante y defensivo, su mayor virtud consiste en servir de freno, justa e irónicamente, a los excesos de cualquier otro patriotismo mal planteado como derecho a usurpar dentro y fuera de sus fronteras. Hecha esta observación sobre la legítima función del respeto a la patria, en cuyo alto aprecio insistimos frente al precio impuesto por los tasadores de futuros, es preciso mencionar que tanto el nacionalismo como el universalismo son supersticiones cebadas por la modernidad para dotar a las élites de palancas pasionales accionables desde ambos lados del espectro político según las conveniencias estratégicas del momento. De este modo, auspiciaron primero el devenir histórico de los Estados-nación para consolidar técnica y culturalmente los formatos de gobierno más favorables al desarrollo de sus negocios; después, mediante un proceso en el que aún estamos inmersos y siguiendo la planificación de un control global como ganancia suprema, han decidido iniciar el desmantelamiento de sus plataformas nacionales para implantar un Estado-mundo regido por principios de carácter ecuménico que pretenden ser irrevocables y donde el conflicto debe desaparecer en beneficio de criterios corporativos. Como es obvio, hasta que los sistemas de condicionamiento de la población logren la eficacia adecuada para que eso ocurra sin fricciones, los individuos conflictivos y sus organizaciones serán proscritos como agentes patógenos con medidas cada vez más drásticas.

Desde aquí, por la autogestión de nuestro espacio natural, hacemos un llamamiento contra el patriotismo degenerado de los que tienen por única bandera la ambición ilimitada de convertirse en los proxenetas de todo cuanto respira. Bajo esa bandera, siempre seremos extranjeros.

25 may 2014

ALMANAQUE DE RUINDADES

No hablaremos de la abyecta actualidad política, pero obligado es advertir al vacilante que aún está dispuesto a conceder el beneficio de la duda a los traficantes de voluntades: si el régimen parlamentario sirviera para cambiar el orden establecido, no sería legal. Y en cuanto al valor simbólico de las acciones, no menos importante para la salud de la inteligencia, cabe la posibilidad de mantener las preces dando la espalda a los comicios que dar la mano a las heces acudiendo a las urnas.

22 abr 2014

INACTIVISTAS POR LA GESTA

¿A quién no le gusta constatarse poderoso a la luz y sombra de los hechos? También a todos los que dicen rechazar tales incentivos y aún más, sin duda, a nosotros, pues nos fascina sentir poder sobre el poder: de entre los significados posibles, ese y no otro es el que tiene para nosotros la cracia (del griego κράτος, fuerza).

Deudora de una visión del mundo típicamente occidental (o grecojudaica) donde el imaginario colectivo concede al individuo la llave para que sea libre de realizar sus deseos en una tierra que parece hecha a la medida del hombre, la ideología anarquista con sus símiles seudonihilistas surgió como una respuesta tardía de fractura proponiendo la pataleta de la acción directa a todos los aquejados por la exclusión de los ardides cortesanos de la acción indirecta, como faltos del agotamiento espiritual necesario para escoger la vía oriental de la inacción, descalificada desde sus filas como una actitud escapista en vez de entenderla como la liberación progresiva de los deseos que acarrean el encadenamiento a las ilusiones de la materia, de las cuales la organización social no puede considerarse, con rigor, una excepción. Desde nuestro prisma planteamos la beligerancia de modo menos frustrante para la conciencia acorralada y, a la vez, con una óptica más operativa que cualesquiera de las opciones anteriores al combinar, allí donde puedan emplearse, los métodos habituales de enfrentamiento asimétrico con el potencial desconcertante de la noluntad sin descartar, por supuesto, el uso deceptorio de simulaciones; se trata de una ampliación psicológica de la lucha más allá de la subversión clásica gracias, principalmente, a su carácter táctico (enfocado a explotar las escasas oportunidades), inescrutable (se instila transversalmente en las situaciones de conflicto) y detersivo (la ascesis del disenso) donde la demanda de energía comprometida es mínima. Nosotros llamamos a este conjunto de procedimientos inacción indirecta: indirecta porque en lugar de volcarse sobre el sujeto lo hace sobre el sistema como un mecanismo subrepticio de poleas y palancas destinados a multiplicar anónimamente los efectos distensores del sabotaje; inacción porque contra las artimañas de la interpasividad teledirigida supone un comodín de lucidez convertible en golpes selectivos de vacío (o antiactos) a las relaciones de poder viciadas que demandan no sólo una atenta mirada crítica por parte de los involucrados en ellas, sino la severa y bien calibrada recuperación de posiciones dentro de una dinámica regida por reglas inherentes a la especie cuya expresión hace patente que mientras el órgano exista, existirá la función.

El anhelo de romper la baraja es legítimo, pero procede de un ensueño alimentado con cenizas de impotencia; como no podemos permitirnos la flaqueza de ser tan previsibles, ¿por qué no introducir trampas en la trampa? Las normas del metajuego no están escritas, se reescriben; determinadas y determinantes, su elaboración depende de eventualidades que permanecen fuera de control por mucho que ciertos grupos de rapaces pretendan fiscalizarlas en su beneficio.

Tras las pantallas que cubren sus obras con fábulas, y a pesar de los mitos de fondo que actualizan el guión fantasmagórico del que obtiene su coartada, el mundo es una fortaleza manejada por intrigas concéntricas de las que nadie puede escapar. Antes que abandonarnos a lo inevitable (y luchar frontalmente lo es tanto como actuar cegado por el dolor de los sentimientos contrariados), destacaremos en el estudio de las omisiones que sea preciso orquestar para minar a nuestros enemigos y lograr con sutilezas lo que las armas convencionales arruinarían. Si lo que se gana por la fuerza se pierde por debilidad; si la mentira, la astucia y el fingimiento son, a la inversa, componentes claves para que la interacciones humanas fluyan mejor en uno u otro sentido, nuestra labor inmediata es la infiltración: así nos lo han enseñado quienes generación tras generación gobiernan este frenopático.

14 abr 2014

MEJOR SOLOS

En edades que pasan por ser más tenebrosas que la nuestra, hubo iluminados que osaron acercarse a Dios sin intermediarios y por ello fueron exterminados; a nosotros se nos ha puesto un estigma de sospecha por arriesgarnos a pensar el mito de la insurrección sin pasar por los filtros de la nueva iglesia altermundista, perfecto correlato del Nuevo Orden Mundial, que a pesar de su heterogeneidad ideológica ha llegado a ser un movimiento altamente condicionado por grupos de neofascistas que se presentan a sí mismos como nacionalistas revolucionarios y actúan coordinados por los principales servicios secretos, destacamentos de quintacolumnistas ultramontanos (el oportunismo de la Santa Sede es proverbial) y los omnipresentes carroñeros del descontento social que aspiran a reinventar su odisea de mezquindad uncidos a la hoz y el martillo. ¿Afecta a nuestras evidencias la tachadura de quienes no llegan a percibir su esplendor? Así es, las robustece como las objeciones a un temerario, además de añadir a sus certezas otro puntal: el de la insignificancia de todas las iniciativas que pretenden asignar un único sentido a las cosas.

Nadie puede obviar que el régimen de capital especulativo iniciado en el último cuarto del siglo XX ha sido el mayor causante de la actual dictadura por endeudamiento, dejando destripada a todos los efectos la incapacidad de la economía real para soportar el ritmo artificial impuesto al crecimiento, pero la forma de repeler esta decadencia sigue estando viciada por las propuestas provenientes tanto de la izquierda como de la derecha, que incluso desde el ámbito extraparlamentario y por más que eviten la nomenclatura heredada de sus viejos clanes contribuyen a cebar el poder de la élite financiera con sus sempiternas falacias doctrinales y el autosabotaje enquistado en sus respectivos complejos de dominación. Les guste o no la coincidencia, la socialización global del comportamiento humano es el objetivo final perseguido mediante la privatización masiva de la riqueza, que se inserta a su vez como una estrategia planificada dentro de las fases previas para alcanzar una factoría ecuménica donde la desposesión económica, el estancamiento político y la uniformidad espiritual serán premisas necesarias para mantener un control pormenorizado sobre la población, por dentro y desde fuera de cada individuo.

El socialismo, hijo pródigo del capitalismo, debe ser interpretado como una reformulación bastarda, un relevo laico de los preceptos cristianos, y entre sus variantes más elaboradas el comunismo marxista en especial se ha ofrecido a los condenados de la tierra como una religión redentora, estructurada alrededor de una visión clasista del papel del hombre en la historia, que apela a los mismos resortes pasionales utilizados por las primeras sectas portadoras del mensaje evangélico contra los valores aristocráticos de los gentiles. Si para Marx y compañía la religión fue sentenciada como el opio del pueblo, para el pueblo descreído la utopía comunista ha funcionado como una ortodoxia con sus propios narcóticos. En consecuencia, cuando comunistas y cristianos se ponen solemnes buscando el monopolio de las barricadas, nosotros nos ponemos en guardia: es preferible estar desunidos en la lucha que unificados bajo el prejuicio de que los enemigos de nuestros enemigos son nuestros amigos. El propósito no revelado de estas alianzas tácticas es que los más aguerridos hagan el trabajo sucio de vanguardia a los maquinadores que no vacilarán en reprimirlos en caso de acaparar el liderazgo o tener que responder ante instancias superiores. Remitimos al estudio de la Guerra Civil Española a cuantos quieran ejemplos nítidos del coste ignominioso que supone tener por aliados a los feligreses del sóviet y agitadores de la cruz.

Analicemos antes de atacar a quién le confiamos las espaldas; para reventar, mejor solos que mal acompañados. Con esta libertad aceptamos nuestro auténtico destino.

3 abr 2014

EMPODERAMIENTO

El afán de poder está grabado en nuestro código genético como un epitafio de estrellas, mas todos sus fulgores en la tierra no bastan para ocultar las carencias incorregibles que lo motivan. Allá donde miremos nunca encontraremos a buenos ni malos, sino a facciones de hombres despreciables o peores dispuestos a valerse de cualquier medio para dar rienda suelta a su orgullo. Nosotros no somos mejores, pero condenados a la crucifixión de nuestros dominios, martillados por el estamento político, estamos abocados a ejercitarnos en el arte de no ser gobernados por nadie, lo que nos otorga una afilada transversalidad para inutilizar moldes y situarnos por encima de la ingenua carencia de límites que muchos hijos del descontrol predican como máximo atributo de la libertad, que para nosotros, antes bien, radica en una disciplinada instrucción necesaria para determinar los niveles que, llegado el caso, defenderemos con el alma... como verdaderos desalmados. Cualquiera que tenga en estima estas premisas y sea consciente de la amplificación de las taras humanas en el contexto social contemporáneo, convendrá en que hay que ser muy anárquico para no volverse anarquista de inmediato; sin embargo, el anarquista que conjuga en sí mismo una dialéctica abierta a los plenos poderes y decide aventurarse a las incorrecciones de la excelencia, debería ser bautizado bajo invocaciones magmáticas con el nuevo título de ANARCOTIRANO.

29 mar 2014

LOS CANGREJOS

Por lo general, intuimos que podemos fiarnos de nuestros enemigos porque tenemos la seguridad de que harán todo lo posible para hundirnos; también, claro está, desvencijarnos a porrazos y acusarnos a continuación de tentativa de homicidio. Imposible sentir estima por los cuerpos policiales una vez se toma conciencia de la brutalidad con que trabajan dentro y fuera de las comisarías, de la impunidad con la que abusan de la villanía mal llamada autoridad y del tipo de bajezas que piensan cuando se prestan a usar la cabeza, cosa rara, para otro caso que no sea aprovecharse de alguien más expuesto a las inclemencias sociales o fastidiar a quien se sale del redil.

El agente no merece recibir el respeto que, por norma, se descuida de guardar con el ciudadano, al que abrevia en el trato con una repugnancia que desvela el infravalor del habitante real dentro del Estado; si son aplausos y palmaditas en la espalda lo que espera, debería empezar por tirar su placa a la basura, el sitio más honorable para exhibirla, y pedir perdón públicamente por todo el daño que haya causado durante el ejercicio de sus funciones, entre las cuales no es menos nociva la de echar carnaza a esa audiencia hecha de puercos que desde sus mansas cuadras clama por el prestigio de la represión entendida como un oficio.

Por último, sin restar un ápice de validez a nuestras objeciones, hemos de confesar que con esta calaña de veladores del orden público, tan caóticos y torpes cuando les toca dar el callo en la calle, nos sentimos más tranquilos teniéndolos como oponentes que como defensores.

28 mar 2014

HORROS CONTRA HORRORES

Anteponemos el derramamiento de verdades al de mitos, el de mitos al de sangre y el de sangre al de libertad, disponiendo así un orden de prioridades donde lo polémico y lo natural se refuerzan recíprocamente, porque la libertad es el mítico motor que mueve la sangre de quienes están llamados a combatir pavores, de todos cuantos sienten en sí mismos la combustión preciosa de los héroes.

Sabemos que la tecnología y la gasolina no sólo nos darán la razón: pondrán vuestra locura en el horno de la nuestra y no imagináis, podéis estar seguros, lo que haremos con ella.

22 mar 2014

LA FRAGUA DEL BATALLADOR

Siempre que se habla de redes sociales se incurre en una aberrante redundancia, porque cualquier sociedad compleja, y la humana lo es incluso en la trinchera, se despliega como una malla que atrapa en sus profusos nudos al sujeto que piensa por sí mismo y se siente dispuesto, en consecuencia, a ahondar en el proceso de desligarse del conjunto. Cierto es que hasta el más lúcido antagonista habrá de sorprenderse en sus asimétricas interacciones con los demás al adoptar hábitos mentales como el de minimizar el poder del azar en la prosperidad y maximizarlo en la adversidad; lo que de ningún modo se permitirá perder de vista es que la complacencia con este prejuicio, bastante arraigado como mecanismo adaptativo de consolación, puede propagarse a otras áreas de la conducta hasta el extremo de hacerle bajar la guardia frente a las agresiones ejercidas por agentes poco fortuitos.

Accidentada antes que casual e intrínsecamente polémica a cada lado de sus adherencias, la autoconciencia no se reduce a la divergencia, pero sin ella ¿qué sería de su capacidad desprogramadora? Cuando están en juego las potestades fundamentales del individuo, sus derechos e izquierdos para transitar por centros y laberintos, el interés por su defensa debe prevalecer sobre las creencias religiosas, las filiaciones corporativas y las superficiales distorsiones del ego que alguien menos avezado podría considerar, a la ligera, asuntos prioritarios a dirimir en su guerra contra el mundo que lo estrecha. Recordemos, con Beckett, lo que la física profunda empieza a cartografiar y los antiguos místicos ya sabían por otros derroteros: "La individualidad es la concreción de la universalidad, y cada acción individual es al mismo tiempo supraindividual".

19 feb 2014

EL ESCENARIO ERES TÚ

La ley se ha vuelto inadmisible y la adhesión al orden una incontenible fuente de desequilibrio, revelando que la utilidad política marginal del consenso que nadie en sus cabales tiene el descaro de proclamar se ocupa, más que nada, de evitar que el contacto con la imaginación crítica llegue a dislocar las estructuras sociales que sirven de bastión a los cuerpos de asalto que acaparan las ruinas del Estado. También se ha hecho demasiado evidente lo que tienen en común los despotismos, incluido el lucrativo desmantelamiento corporativo de los escenarios públicos, más allá de la teatralidad particular expresada con gestos tribales como el puño en alto o el saludo romano: el pulso invisible que se superpone a cada mano señalando en todas direcciones con el índice extendido al extraño, al que osa escapar del objetivo.

14 feb 2014

VÍA CRUCIS

Siempre que se lucha contra el terrorismo se cometen atentados contra las libertades civiles. En ausencia de subrepticios focos de herejes que perseguir, cualquiera puede ser sospechoso de una actividad subversiva, sometido a vigilancia sistémica sin la caridad del previo aviso y privado de lo esencial cuando se ejecuta la confiscación de sus bienes, tanto de los materiales como de aquellos que nunca se recuperan: así son las bondades de la democracia.

Los actos delictivos que puedan llegar a protagonizar los designados como terroristas son secundarios, lo importante es que la construcción de una amenaza en torno a este fenómeno, ilusorio o real, facilita el mecanismo de legitimación que permite al Estado movilizar de forma anónima un gran mal para combatir uno menor o incluso inexistente, pero debidamente identificado con cada uno de los gobernados que se atreven a disidir.