No es, por supuesto, verdadero que tengamos que seguir la verdad.
Paul Feyerabend
Puede que hasta en su jactancia como rótulo de combate Anarcotiranía sea desfavorable a nuestros intereses y así nos lo han reprochado en confianza numerosos amigos; los enemigos, por el contrario, callan... Hubo un tiempo ya lejano en que llegamos a dudar entre diferentes denominaciones, circunstancia a la que hemos aludido sin destripar detalles en alguna ocasión. Cuando fundamos el movimiento, en el crepúsculo del siglo pasado, no había rastro de un vocablo semejante en la red, factor que resultó determinante para elegirlo frente a otras alternativas: nos sentíamos pioneros. Ni siquiera al inaugurar este blog los buscadores más reputados habían indexado su presencia o equivalente en los principales idiomas del mundo. Posteriormente, tras varios años en las trincheras, descubrimos que el ensayista Samuel T. Francis, de tendencia paleoconservadora, fue el verdadero creador de la palabra anarcho-tyranny, que utilizó en 1992 para reflejar de forma sintomática lo que consideraba una decadencia de las funciones gubernativas dentro de la tradición norteamericana:
"Nos negamos a controlar a los criminales reales (esa es la anarquía), de modo que controlamos a los inocentes (que es la tiranía)".
Aunque su análisis es correcto al señalar la gravedad del daño infligido a importantes capas de la sociedad por el corporativismo neoliberal, la terminología empleada no es exacta: si existe una hegemonía real del crimen organizado no es como consecuencia de la anarquía, sino de la colusión entre una clase política adicta a las burbujas de capital y un estamento financiero tan necesitado de cobertura legal para perpetrar sus saqueos como de simulacros de democracia para perpetuarlos. Teniendo en cuenta esta información, que remite a los causantes del perjuicio y no se limita a denunciar sus efectos, la frase podría ser expresada con mayor rigor:
"Hemos hecho del crimen nuestro mejor negocio (que es la tiranía), luego convertimos en sospechosos a todos los que están fuera de él (esa es la anarquía)".
O de manera más explícita:
"Como nosotros somos los peores criminales, controlamos al resto".
Así las cosas, ¡crezcamos en fuerza para no tener que multiplicarnos en secuelas!
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