Este primero de mayo queremos hacer extensivo el tradicional homenaje a los Mártires de Chicago a esos millones de caídos en la desesperación moral, social y laboral por los ataques imputables al séptimo poder, cuyo anonimato chantajista de mal disimulada oligarquía no es la mera continuación de los tres poderes clásicos (legislativo, ejecutivo, judicial) después de los medios de comunicación (cuarto poder), del intervencionismo estatal en materia económica (quinto poder) y del sexto poder identificado con las competencias territoriales, sino el acoso y la invasión progresiva de los asuntos públicos por parte de las redes del crimen organizado bancariamente.
Para elevar nuestra protesta con un signo de distinción sobre los manifestantes amasados por las burocracias de los sindicatos prostituidos, os tentamos a echar mano del arsenal de armas de juguete más fardonas que podáis conseguir para apuntar con ellas a los agentes del terror establecido que se crucen en vuestro derrotero, así como a todos aquellos turistas y pasajeros de lo efímero que, en vez de cerrar filas contra el enemigo, opten por dirigir a nuestra causa sus arrugadas miradas de desprecio; una causa que, en esencia, hace suya la capacidad de vivir el presente sin miedos a futuros hipotecados ni reverencias a pasados marchitos.
Aviso para polizontes: la próxima vez, el fuego será real.
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